Mientras que cada trabajador de las empresas forestales planta millones de árboles cada día, desde hace decenas y centenas de años, y los arbolistas estudian las diferentes formas de regenaración más eficaces, las mejores técnicas según la especie, siguimiento el crecimiento y la gestión de las plantaciones forestales, y todo ello modestamente, cada vez hay de más en más asociaciones y marcas de renombre que descubren que «los árboles existen».

Los slogans «plantemos millones de árboles» abundan hoy en día, sin tener ninguna garantía de que aquellos que hacen esas plantaciones sepan bien lo que hacen, ni el estudio que se van hacer de esos repoblamientos. El pasado nos muestra que la arbolización masiva como en el Magreb o en el Sahara, por aquellos que no tienen los conocimientos técnicos adecuados, llevan a la muerte a todas las plantas, cuando en realidad ellos deberían dar una nueva vida a los rboles que han sido plantados por las escuelas!
. Sin embargo, podemos suponer que las instituciones como la agencia de naciones unidas UNEP, o que las fundaciones creadas por profesionales, pueden dar lugar a plantaciones que van a perdurar.

El riesgo es que hay una gran tendencia a promover la plantación de árboles, ya sea un político en campaña, una asociación en oposición a un régimen paramilitar, un banco, o una marca reconocia. (Los motores de busqueda pueden ayudarle a encontrar otros muchos ejemplos).

La arbolización, que es un acto que requiere varios años para realizarse, a veces varias decenas de años, no se adapta bien a estos fenómenos de moda. Y aunque podamos alegrarnos de este nuevo interés general de las gentes por nuestro oficio, nos hacemos muchas preguntas sobre el riesgo de confusiones y escorzos hechos por las diferentes asociaciones, la prueba es la falta de información sobre por ejemplo: que la deforestación tiene lugar en Europa allí donde la superficie forestal aumentó regularmente durante los años 60, no promover la utilización del árbol exótico no tratado para una duración a largo plazo, o no promover la utilización del PVC, o hacer créer que los fabricantes de ventanas en madera seran los culpables de la desaparición del bosque. Hay que insistir y recordar frente a todos estos pormenores, que la madera es un bien renovable y biodegradable ya sea por medio del fuego, como material de contrucción, como embalaje o para hacer muebles.

En resumen, esta bien que la sociedad, las fundaciones y la prensa se interesen a los árboles, pero hay que cuestionarse del porqué ciertas asociaciones y profesionales se implican en esta dinámica, es, para evitar atajos dramáticos y llegar a un resultado positivo para todos.