Atrapado entre la creciente demanda de madera, la dificultad de cumplir los objetivos nacionales de reducción de las emisiones de carbono y la presión de los ecologistas, que han conseguido que se prohíba toda tala de madera en los bosques autóctonos que representan la mayor parte de los 134 millones de hectáreas de bosques de Australia, el Gobierno federal está reactivando los incentivos a la plantación forestal.

Las plantaciones que se beneficiaron hace 25 años de fuertes incentivos fiscales por parte de los estados representan, actualmente, tras los megaincendios de 2019-2020, sólo 1,7 millones de hectáreas repartidas entre eucalipto (unos 0,7 millones de hectáreas) que produce fibra en turno corto y pino (unos 1,0 millones de hectáreas) que produce madera estructural de uso doméstico en turnos de 35 años). La proporción de pino radiata (30m3/ha) se está convirtiendo en mayoritaria, abandonándose progresivamente las plantaciones de pino marítimo (15m3/ha) reservadas a situaciones pluviométricas críticas, ante el rendimiento superior de las variedades mejoradas de pino radiata.

El programa de mejora genética del país está integrado dentro de una sociedad limitada dedicada a la arboricultura [www.treebreeding.com] y financiado íntegramente por todas las organizaciones privadas que participan en las plantaciones de pino radiata y eucalipto blanco (E. globulus). Ha conseguido aumentar la productividad de ambas especies en un 20-25% en dos generaciones y media. En el caso del pino radiata, este aumento se calcula a partir de un índice compuesto -que corresponde al valor de mercado de la madera en pie- que combina el crecimiento, la forma, la densidad de la madera y la ramificación. El objetivo de la empresa es lanzar en el futuro variedades continuas con ganancias de volumen del 1% anual sin comprometer las demás características del índice compuesto. El futuro de los recursos madereros de Australia pasa pues por el pino radiata, que no presenta grandes problemas sanitarios en este continente, y por la intensificación de su producción por todos los medios. Los trabajos de selección del pino marítimo se interrumpieron porque esta especie se veía favorecida en regiones en las que las precipitaciones eran inferiores a 700 mm/año, lo que no permitía una producción elevada.

El Estado dispone de grandes reservas de tierras, muchas de ellas convertidas en parques nacionales (espacios naturales); no puede venderlas, pero sí arrendarlas y muchos inversores, a menudo estadounidenses, están interesados. La escasa disponibilidad de tierras para la forestación sigue siendo un problema tanto para los pequeños operadores como para los grandes inversores internacionales, que utilizan estas plantaciones para mejorar la huella de carbono de sus carteras de inversiones financieras al tiempo que buscan un rendimiento inmediato desvinculado de otras inversiones tradicionales.

La decisión tomada en 2023 por el gobierno federal de dejar de explotar los bosques de eucaliptos autóctonos, de los que 28 millones de hectáreas se consideran explotables (de ellas, 8 millones de hectáreas con alto potencial) -gestionados mediante aclareo sucesivo y regeneración natural, y turnos de 60 a 100 años-, priva al país de 3,5 millones de metros cúbicos de madera aserrada, a menudo de gran calidad (Karri, Jarrah Muayr, goma roja, fresno de montaña, goma de maná) y muy duradera. En los mejores sitios, estos eucaliptos superan a menudo los 50 m de altura y pueden alcanzar un diámetro de 3 m a los 200 años, lo que corresponde a rendimientos de más de 30 m3/ha/año.

Australia está, por tanto, en condiciones de exportar materias primas como astillas de madera y pasta de papel, pero con un déficit comercial que obliga al país a importar madera en todas sus formas.

Para compensar la prohibición de tala en los bosques autóctonos, el gobierno lanza un ambicioso programa de plantación de mil millones de árboles, es decir, unas 400.000 hectáreas de aquí a 2050. Estas plantaciones, destinadas en gran parte a la exportación, se instalan preferentemente cerca de los puertos y también pueden optar a créditos de carbono.

Sin embargo, el almacenamiento de carbono es una cuestión compleja en el contexto australiano, donde el fuego ha esculpido el bosque desde que los aborígenes llegaron al continente hace 60.000 años. La opresión de los pueblos indígenas dio lugar a un régimen de incendios distorsionado en los bosques nativos, donde el combustible era gestionado activamente por los aborígenes, que quemaban regularmente entre unos cientos y miles de hectáreas con una frecuencia de unos 10 años. Los asentamientos han provocado una acumulación de combustible, lo que ha dado lugar a megaincendios de muy alta intensidad que pueden superar el millón de hectáreas (1939, 2009, …).

El problema de los incendios repercute en las posibilidades de suscribir pólizas de seguro de las plantaciones. A pesar de las medidas de prevención aplicadas (desbroces de matorral rigurosos) y de los medios de lucha contra incendios adquiridos por los propietarios de las plantaciones, se ha observado que, por término medio, el 0,3% de las plantaciones arden cada año, con picos del 3-4% (1993, 2009, 2020), lo que parece constituir un límite en términos de asunción de riesgos para las compañías de seguros. Sin embargo, las plantaciones forestales arden bastante menos que los bosques autóctonos, que constituyen un riesgo cuando son colindantes.

Dado el tamaño del país, la solución de prevención más eficaz en este ecosistema dominado por los bosques naturales es generalizar las quemas prescritas. Sin embargo, la superficie de quemas prescritas que se realizan actualmente cada año, es decir, unas 200.000 ha, es muy inferior a la necesaria para mantener el nivel de riesgo en un nivel aceptable. Se necesitarían al menos otras 100.000 ha. Algunos estados están empezando a ceder la gestión del combustible a los pueblos indígenas, que tienen un mayor control sobre las condiciones de la quema. Las plantaciones también pueden ser objeto de quemas prescritas, a excepción de las plantaciones de pino radiata (sistema radicular no conforme con las quemas prescritas).

Más información: cf nota de la embajada

Información recogida durante la gira por el sur organizada por GROUPAMA FORET – Miembro del IEFC – Abril 2023 – contactar con Pascal Mayer pascal.mayer(at)groupama.fr

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