Durante la primera quincena del mes de agosto una ola de incendios ha azotado la Comunidad de Galicia. El número de incendios registrados ha sido de 1970. La superficie quemada ha alcanzado algo más de 80.000 ha, lo que representa casi el 3 % de la superficie total de Galicia y el 4 % de la superficie forestal. La madera quemada asciende a 5,5 millones de m3. La incidencia de los incendios ha sido mayor en las provincias de Pontevedra y A Coruña, donde se localiza el 80 % de la superficie quemada.

Los incendios forestales es un problema reiterativo en esta Comunidad. La superficie media que anualmente se quema en los últimos 10 años ha sido 30.329 ha. En 1989 la superficie quemada alcanzó casi 200.000 ha. Los motivos de este problema son variados y complejos. Por una parte, la región presenta condiciones ambientales que favorecen la propagación de incendios. La primavera, con temperatura templada y abundante precipitación, favorece el desarrollo de una gran cantidad de biomasa que al llegar el verano se marchita, como consecuencia de una acusada sequía. Este año esta situación se ha agravado como consecuencia de las elevadas temperaturas que se alcanzaron, junto con la persistencia de fuertes vientos del Noreste durante la primera quincena del mes de agosto. Un segundo aspecto que favorece la incidencia de incendios es de tipo estructural. La mayor parte de la superficie forestal es privada en forma de pequeñas parcelas (la superficie media de la propiedad es 2 ha), donde es habitual la falta de ordenación del territorio y el cuidado de la masa forestal. A esto se une el tipo de uso forestal, basado en repoblaciones masivas de pinos y eucaliptos, que favorecen el desarrollo de un matorral, y el hecho de que mucha de la superficie permanece “inculto” como consecuencia del abandono de los usos tradicionales del matorral. Esta situación, junto con la escasa rentabilidad de la explotación forestal ha derivado en un elevado grado de abandono en muchas masas. Por último, la existencia de un grupo de personas dispuestas a provocar incendios con intereses muy distintos (venganzas, motivos económicos y otros).

Para hacer frente a este problema el Gobierno regional ha aprobado el Plan de Recuperación Forestal y Ambiental de Galicia, para el que destinará, entre 2006 y 2009, 126 millones de euros. Los cuatro ejes de actuación de este Plan serán la planificación forestal y ordenación del medio rural; la valorización del monte y la mejora de su estructura; la regeneración de hábitats, la restauración hidrológica y la renovación de infraestructuras ambientales e infraestructuras y equipamiento para emergencias. Entre las medidas más urgentes se encuentra un programa de gestión de retirada de la madera quemada para asegurar precios razonables. Las consejerías de Medio Rural y Medio Ambiente han organizado comisiones de expertos de diferentes áreas temáticas para definir actuaciones concretas.